viernes, 27 de mayo de 2016

El sueño de un campeón…

El sueño de un campeón…

“Mami, mami…papi, papi…yo quiero que me metas…yo quiero jugar…anda di que sí…”, esa es la expresión y casi que el genérico de las palabras que un niño les comunica a sus padres, antes de comenzar a desarrollar sus sueños de campeón.


Problema serio el que tendrán sus representantes al aceptar los compromisos que implican que un niño comience con una actividad deportiva y de equipo; ¿cuánto tendré que apartar de mi escaso presupuesto mensual? ¿Cómo coartar el sueño de mi amado hijo?

Luego del difícil proceso de inscripción, que incluye la duda y la desconfianza de ceder documentos y pare usted de contar, llega la hora de la iniciación…el primer encuentro con el gran monstruo…sí, ese mismo, el entrenador energúmeno, el que todos critican pero que nadie quiere entender; es gritón, panzón, mal encarado, golpea a los niños…en fin, “el tipo es un desgraciado”, por no decir lo peor...

Mientras tanto, ese entrenador que ha dado su vida para prepararse y realizar su sueño frustrado a través de ese niño en el que se ve realizado, tal vez porque en su momento no tuvo el mismo apoyo para iniciarse…no deja de soñar con abrirle las puertas que sean necesarias a esos campeones que comienzan a construir su propio sueño. Él sabe que la disciplina es básica para el futuro de esos hombres en formación, que debe hacer cosas (contra su voluntad) para esculpir en cada muchacho los detalles que le permitirá, a cada talento, ser una obra particular en el camino a cada éxito…está convencido de que cada personaje tiene sus propias condiciones; su familia, socioeconomía, creencias, influencias, traumas, cultura, orígenes, colegios, amigos, crisis, fortalezas, vulnerabilidades, en qué es bueno, en qué terrible, lo que le ha marcado en la corta vida, defectos, virtudes, sensibilidades, sentimientos, intuiciones y hasta pensamientos…nada fácil teniendo 40, 50 y hasta 60 almas en cada entrenamiento y cada juego. De veras que termina en cada jornada, siendo hasta psicólogo de las familias en el entorno deportivo.

¿Quién se preocupa por quién?

Es muy fácil destruir…la naturaleza del ser humano siempre ha sido acabar con lo que bien funciona…si usted recuerda, visualice por ejemplo: las veces que ha ido a un baño en un centro comercial o edificio público…“caramba, esto tan nuevo que es y ya lo rayaron, lo dañaron, etc.”.

Pero la satisfacción de cada entrenador es ver la felicidad y el éxito en el rostro de cada muchacho en su momento, sin importar si quiera quién y cómo sea su padre o su madre…se trata de ese enorme talento del cual se siente orgulloso y que ama como a su propio hijo…

¡Felicidades muchachos! El éxito es de ustedes y no están solos…




Néstor “Pájaro” Ramírez