lunes, 14 de septiembre de 2015

El Tiempo y la Vida… por Néstor Ramírez

Desde temprana edad, educadores y adultos nos transmiten conocimientos a través de diferentes medios. Gran parte de ellos asociados con el tiempo y el destino de nuestra vida. Pero ¿qué tan eficiente ha sido el método de enseñanza? Con frecuencia recordamos palabras, cosas y momentos, como si se tratara de un «déjà vu», y nos sentimos extraños, con la sensación de haberlo vivido, esto podría demostrar que la información ha llegado a nuestra memoria…pero no forma parte de nuestros comandos de acción.

Por muchos años que vivamos, nuestra vida es muy corta. Desde nuestro nacimiento, invertimos (en el mejor de los casos) 17 años para comenzar a tomar en serio nuestro proyecto de vida. Con la llegada del amor, visualizamos la necesidad de tener una vivienda, vehículo, etc, pero rara vez llegamos a entender que nuestra “vida productiva” ha sido enmarcada por la sociedad entre los 18 y 45 años. A los 50, buscamos con una especie de “limbo” donde conviva el pasado y presente, pues el futuro se nos hace incierto y lo vivido increíblemente corto.

Og Mandino comparte en su libro El Vendedor más Grande del Mundo escribe: “El tiempo le enseña todas las cosas a aquel que vive para siempre, pero no puedo darme el lujo de la eternidad. Y sin embargo dentro del tiempo que se me ha asignado debo practicar el arte de la paciencia, porque la naturaleza no procede jamás con apresuramiento.”

Sin embargo, el exceso de paciencia ha permitido “correr la arruga” frente a la carencia de la “novedad y la magia” y necesitamos sapiencia para transmitir “conocimientos cargados de comandos” que permitan la vida plena en tan corto tiempo
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